Desde la Secretaría de Finanzas que desde ahora conducirá Alejandro Lew, confirmaron otra licitación con el fin de refinanciar deudas vencimientos por $11 billones, repitiendo el modelo de semanas atrás demostrando que las deudas no se pagan sino que se postergan emitiendo más y más bonos.
Un ejemplo de que el déficit cero es un argucia contable que la realidad desnuda diariamente.
En simultáneo los sectores financieros siguen siendo los de gran atención desde el gobierno que navega en un mar alborotado por las variantes que exhiben suba de deuda y del dólar. Esa divisa de la que decían que su precio subía por el peronismo. Otro absurdo demostrado por la propia política económica del gobierno que no tienen más soluciones que multiplicar el endeudamiento, cada vez con mayores riesgos para la soberanía y esa economía que no revive.
Agrava la escena que el BCRA exhiba en negativo unos U$S11.000 millones de reservas netas negativas y siguen los vencimientos, tal el caso de los U$S800 millones que se deben pagar al FMI.
Panorama muy complejo ante lo que Milei/Caputo no atinan más que a ofrecer papeles como BONO TAMAR, LETAMAR, BONCER, LECAP y BONCAP.
A la falta de creatividad de estos funcionarios timberos por excelencia; que deberían promocionar la producción desde el Estado, se apela a la postergación de fechas de efectivo pago y la oferta de los papeles referidos.
Otra prueba de la saturación por endeudamientos es que ya no hay licitación para pedir plata al mercado financiero en 2025, y los vencimientos ya llevan el sello de 2026. Otro modo de comprometer el futuro.
En simultáneo late la amenaza de que los operadores del mercado financiero se abstengan de prestar plata o postergar más vencimientos.


