Se inicia la semana posterior a la difusión de los audios en los que hablaría el despedido y ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, generadores de un revuelo inesperado para el gobierno, al menos por el sólo hecho de haberlos conocido.
Si desde la Casa Rosada hubiesen sabido como dijo Franco que así era, obviamente que hubieran impedido su difusión y habrían tomado las medidas que creyeran necesarias con el ex funcionario que dice haber advertido al presidente Milei sobre los manejos de personas muy allegadas.
Lo concreto es que los audios existen y resta nada menos que comprobar la veracidad. La que desde el gobierno niegan absolutamente pero no desde el máximo nivel, sino a través del jefe de gabinete Guillermo Franco, que no ofreció pruebas demostrativas de la invalidez de esos archivos.
Mientras tanto y al parecer de algunos observadores, las acciones de la justicia representada por el juez Sebastián Casanello tienen buen ritmo en la investigación.
Se esperaba el resultado de la comentada apertura de móviles obviamente en poder del juzgado, obtenidos en allanamientos conjuntamente con documentación que podría ser complementaria, toda vez que se incluyen varios sobres con dólares que tenían personas relacionadas con la droguería Suizo Argentina.
Interviene en la causa el fiscal Franco Picardi, cuya tarea tuvo que ver también con unos 10 allanamientos policiales en busca de antecedentes relacionados con el referido Spagnuolo, Garbellini por su actuación previa en la Dirección Nacional de Acceso a los Servicios de Salud de la ANDIS y con uno de los accionistas del laboratorio mencionado, Emmanuel Kovalivker. Sin perjuicio de lo que se supone, podrían incluirse también funcionarios del gobierno nacional.
No obstante desde el ámbito judicial abrieron paraguas y dejaron trascender que podrían aparecer dificultades al momento de abrir los celulares. De conocerse este problema podría sospecharse que una vez más la causa de este tipo podría desembocar en un misterio diluyente que se espera no ocurra.
Un dato que no hay que olvidar es el relacionado con manifestaciones de la ministra Bullrich que en principio quería intervenir en la investigación. Hecho llamativo ya que su cartera estaba supuestamente fuera de relación con el tema. Días más tarde hubo silencio para luego transcender que habría relaciones de corte delictivo con la obra social de las fuerzas armadas, posiblemente enredada con manejos similares. Bullrich nunca más apareció en esta escena.
Otro dato que alimentara más sospechas sobre el propietario del laboratorio Suizo Argentina, Kovalivker fue que al ser detenido se verificó que en el automóvil había sobres con distintas sumas de dinero que totalizaron U$S 266 mil dólares y $7 millones. El dinero fue retenido conjuntamente con su pasaporte y el teléfono celular del que se anticipó que era un aparato complejo de desbloquear. Se sumó a la requisa documentación relacionada con el caso.
Se espera también la definición de la carátula, un tema secundario pero que a decir de los informantes sobre el proceso, este aspecto demoraría la toma de declaraciones de los mencionados y otras personas que aparecerían en el proceso tras las investigaciones. Se agrega que otro integrante de la empresa, Jonathan Kovalivker, ha desaparecido o al menos al momento del allanamiento no se lo pudo contactar y era objeto de búsqueda.
La familia Kovalivker era conocida ya por sus relaciones con el ex presidente Mauricio Macri, cuando estaba en funciones.