Las elecciones legislativas ratificaron al color violeta con apoyo del PRO, parte del radicalismo y otros sectores, con 9 puntos de ventaja sobre el multicolor encabezado por el celeste del peronismo. Sí llamó la atención que LLA recuperara los puntos perdidos el 7 de septiembre en las provinciales de Buenos Aires. Trump influyó al decir que si Milei perdía la elección los EEUU retiraban el apoyo a la Argentina.
Apoyo lo llaman ellos negando otro salvataje con altísimo costo que ya conocimos los argentinos, con el desenlace del 2001 cuando el escenario económico y social estalló. En este tiempo pos electoral, nada cambió. La crisis existe aunque el gran paño frío de la promesa del swap y del supuesto aporte extraordinario produjo la hipotética calma, encubriendo lo que más tarde puede ocurrir porque seguimos acumulando deudas.
Dependemos del estado de ánimo de Trump que es cambiante, pierde el control, impulsivo y expansionista tal lo demostró con México, Canadá y Groenlandia. También extorsionando a Zelenski tras empujarlo a una guerra que ahora buscan desactivar. Eso mismo puede ocurrir bajo el lema de alianzas que en realidad, es un proceso de mayor dominación geopolítica.
Que Argentina, corte relaciones con el resto del mundo para mejorar los negocios de los EEUU. Trump festejó que intervenir con dólares del Tesoro a través de Bessent en nuestro país les proveyó en poco tiempo grandes ganancias.
El embajador Lamelas dijo “prepárense” pronto vuelvo a la Argentina; buscando el cierre del comercio exterior según intereses de los EEUU. Sólo patearon para adelante lo que casi estalla. Acciones y bonos de algunas empresas subieron y eso, también tiene costo que enajena el futuro de todos los argentinos. El peronismo debe cambiar el silencio por protagonismo, salvo Kicillof y algún otro, que tienen agenda más activa, sed de triunfo y anhelos de la gran conducción.
