El predio de la SRA 2025 fue escenario con gran presencia de adeptos a la destrucción del Estado del que se han servido históricamente. Así ocurrió nuevamente en la jornada de apertura que fue la del cierre en el barrio de Palermo, siempre lo hacen al revés y abren cuando termina; escuchando a Milei decir que redujo las retenciones pero no a cero.
Las bajó a valores del gobierno social demócrata de Alberto Fernández. Del otro lado, en las calles sin cobijo, o en barrios humildes y hasta en el común denominador de los espacios, escuchaban que no hay plata y por ello, los jubilados verán como veta la ley de sus beneficios. Los trabajadores del hospital Garrahan deben avenirse al ajuste perverso, y en el ámbito universitario aceptar los ajustes al extremo de quebrar el sistema educativo superior.
Asimismo los trabajadores no deben aceptar los modestos acuerdos salariales de las amenazadas mesas paritarias. Hechos violentos, ofensas a gobernadores, persecuciones a dirigentes, ataques a artistas y periodistas. Todos los que piensen diferente son enemigos y van a sufrir el rigor del auto definido topo en el Estado para destruir sus instituciones, hasta que el país se convierta en zombi institucional y desde afuera, de nuevo indiquen el curso de la vida del pueblo.
Una historia al revés que practica el gobierno nacional, dando no sólo la espalda al Congreso Nacional como lo hizo el presidente, sino a todos los que necesitan una mano extendida. Y se la niegan por ser “miserables”, “ratas inmundas” y parásitos que reclaman justicia social. Lo que para Milei es una “aberración”, “no es justa” y es violenta”.
Eso es lo que los argentinos están escuchando y sintiendo con dolor y ofensa inmerecidas, como si fueran culpables de la inequidad para reducir impuestos a los más pudientes.
Algo o alguien deben lograr que vean lo que han provocado, lo que van a generar de seguir el rumbo de la destrucción nacional y que otros son los genocidas.