Se cumplió con la formalidad del traspaso de la presidencia pro témpore del MERCOSUR que asumió el presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, en el marco de la 66ª. Cumbre de Jefes de Estado de la región destacándose en los mensajes claras diferencias marcadas por la anti integración de Milei y la postura inversa de Da Silva.
El mandatario argentino sostuvo su estilo desafiante aclarando que “Debemos dejar de pensar en un Mercosur como un escudo que nos proteja del mundo y pensarlo como una lanza que nos permita penetrar en los mercados. Si los socios del bloque insistieran en el mismo camino que no dio resultado, entonces tendremos que insistir en flexibilizar las condiciones de sociedad que nos unen. Emprenderemos el camino de la libertad y lo haremos acompañados o solos. Si bien fue creado con nobles intenciones, el norte se fue empantanando, privilegiando solo a algunos sectores, favoreciendo una estructura elefantiásica. Se incumplió el objetivo inicial, de mercado y de común quedó cada vez menos. Propusimos un esquema más libre, en lugar de la cortina de hierro a la que hoy estamos sometidos”.
Clara posición rupturista que no aplica Milei para con los EEUU desde donde Trump ya le advirtió que no habrá excepciones con Argentina respecto de los mayores cargos a las importaciones desde nuestro país.
De manera absolutamente diferente Da Silva no dudó en referir que “Uno busca los lugares donde se siente seguro, y para Brasil ese lugar es el Mercosur. Tenemos una red de acuerdos que se extendió a los estados asociados, toda América se transformó en un área de libre comercio. Estar en el Mercosur nos protege”. Mensaje que logró el apoyo indisimulado de los presidentes de Bolivia, Luis Arce, y de Uruguay, Yamandú Orsi. Lula agregó sus diferencias con el “negacionismo ambiental” para fundamentar un “Mercosur verde”; y anticipar su deseo de concretar el acuerdo con la Unión Europea. Además, se comprometió a que el acuerdo con la Unión Europea entre en vigor bajo su mandato.
El encuentro entre Da Silva y Milei fue meramente de forma, a lo que una versión de un funcionario argentino aseguró que estaban presentes por la obligación del caso. En el evento también participaron el presidente de Panamá,José Raúl Mulino, la vicepresidenta de Ecuador, María José Pinto, y delegaciones diplomáticas de Chile, Perú, y Colombia.
Posteriormente tal lo anunciado al finalizar el acto de traspaso, Lula Da Silva se trasladó al domicilio de Cristina Fernández para reunirse con la expresidenta de la Nación. Un gesto muy importante que confirma el desacuerdo del mandatario brasileño con la situación impuesta mediante el discutido juicio de conocimiento público.