Tras el fallo que condena a la Argentina a entregar acciones de YPF al fondo Burford Capital, hubo diversas gestiones y también rechazos desde nuestro país, y ahora, el grupo financiero presentó una oferta, muy parecida a otras de las practicadas por quienes manejan acciones especulativamente.
Concretamente presentarían ante la la Cámara de Apelaciones de Nueva York, que se produzca una reducción del capital de la deuda reclamada, y a la vez la entrega de un bono “a 10 años sin cupones, o en su defecto un título perpetuo a 50 años.
El informe cita una especie de reconocimiento de las limitaciones del país en cuanto a acceder a un préstamo internacional que se estima en unos U$S 16000 millones y por ello; que se emita el bono para 2025 o el título referido sin vencimiento expuesto pero con pago de intereses sin definir en el tiempo hasta la cancelación del capital.
En caso de reiterarse desde Argentina el total rechazo el fondo buitre apelaría a la Corte Suprema aclarando que reclamaría el total estipulado sin quita alguna aceptando de hecho el pago o un titulo público aceptable en el ámbito internacional por un valor estimado por los demandantes de US$ 18 mil millones.
El informe agrega a modo de razones del juicio que “El juicio No es por la decisión de reestatizar, sino por la manera en que se reestatizó. El estatuto de la privatización de 1992 (era Estenssoro) incluía una Oferta Pública de Adquisición (OPA). Esto implica que cualquier operación de toma de acciones en poder de privados, obliga a realizar una oferta similar al resto de los accionistas. Desde el 26 de junio de 1993 Argentina abre la cotización de partes de las acciones de YPF en la Bolsa de Nueva York. Desde ese momento, inevitablemente, acepta las normas de la SEC, que incluyen el respeto de la OPA. Y la jurisprudencia de EE.UU. indica que esto es superior, incluso a las normas de países. En la reestatización de 2012 se decide pagar unos US$ 6 mil millones a Repsol, pero no aplicar la OPA. Ya con la mayoría accionaria en poder del Estado, se suspende la distribución de dividendos a los accionistas. El Grupo Petersen había acordado con Repsol pagar parte del 25,46% de las acciones a través del giro de esos dividendos. Como ya no se giraba el dinero, Petersen, a través de Petersen Energía y Petersen Inversora, se presentan en concurso (y posterior quiebra) en los tribunales comerciales de Madrid. Desde ese momento, el Grupo Petersen deja de tener que ver con esta causa; y, en consecuencia, probablemente no reciba un solo dólar de este caso. El sindico de la causa radicada en Madrid, licita la causa el 4 de mayo de 2015. La compra Burford en US$ 17 millones. Lo hace a través de Prospect Capital (una subsidiaria semisecreta, para que no se sepa que Burford estaba detrás). Luego ampliaría “la inversión” en 70 millones”.