El lamentable desenlace del 2001 en Argentina es una referencia de los efectos de políticas económicas a medida de los fondos buitre y del Fondo Monetario Internacional. Organizaciones que necesitan de administraciones gubernamentales para sus grandes negociados a cambio de beneficios ocultos. Lo que sigue es el proceso de reclamo y cobro tras la emisión de papeles a modo de garantía para conseguir más capital de deuda y así, sobre llevar la situación hasta que estalla. Hoy como en 2001 con Sturzenegger y Bullrich en el gobierno, y Cavallo advirtiendo, vivimos otro proceso soslayando antecedentes cuyo mayor ejemplo fue la gestión horrorosa de la dictadura cívico militar con Videla y Martínez de Hoz, a favor de dichas organizaciones financieras. En el inicio de 2025 nos enteramos que tenedores de dichos papales o bonos, identificados como “fondos buitres”, lograron el apoyo de la jueza estadounidense Loretta Preska, ordenando el embargo de riquezas del Estado argentino. No faltan los que salen a festejar esta nueva derrota de la soberanía gracias a los negociados financieros y acuerdos irresponsables, poniendo en juego el patrimonio de los argentinos. Las deudas hay que pagarlas pero no a costa del pueblo argentino, tomando más dólares impagables y el enjuague con los bonos para luego litigar; y concretar negocios fabulosos a costa de la sociedad. La que en gran parte permitió la reaparición de una administración que niega al Estado pero se sirve del mismo, para aplicar estrategias con las que una vez más impiden la generación de riqueza. Toman y buscan más deuda repitiendo la historia y las futuras ejecuciones judiciales para la toma de la estructura nacional. Queda la estrategia también conocida de producir, generar trabajo, aumentar el consumo interno, generar riqueza, pagar deudas y así evitar seguir vaciando la Nación.