El proceso de endeudamiento a gran escala iniciado por Mauricio Macri con el FMI y profundizado con Javier Milei renovando dicha operación, a la que agrega otros ingresos que incrementan los compromisos internacionales, de un país privado de la mecánica para un desarrollo sostenido y de efectos equitativos.
Toda deuda como las mencionadas sin respaldo compensatorio de diversos procesos productivos en las regiones de Argentina, resulta imposible de pagar y en todo caso, mientras se obtenga re-financiamiento, estaremos en un círculo vicioso que agranda su diámetro sin otra alternativa, hasta llegar al extremo de la total incapacidad de cancelaciones que se van acumulando en tanto se re-negocian nuevos vencimientos operaciones que suman mayores costos y deudas, que en algún momento serán reclamados por los financistas de turno.
En este tiempo del gobierno auto definido libertario, tras un año y medio de ajustes y desinversión en desarrollos diversos que convierten al país en un escenario avejentado, se suspendió la emisión de dinero para frenar el incremento inflacionario. Resultado, prohibición de aumentos salariales en paritarias con ajustes insuficientes, empobrecimiento del mercado de consumo, empresas afectadas y trabajadores consecuentemente, y el remate con el incremento de deuda.
Sin emisión, sin consumo, si exportaciones suficientes y el incremento de las importaciones, se llega al estado desesperante y por ello, el gobierno si bien no emite dinero, sí lo hace con papeles o bonos de endeudamiento dolarizado. como el “Bonte 2030” a modo de licitación convocando a inversores, en este caso internacionales que pueden integrar los peligrosos “fondos buitres”; sin fines productivos; para recaudar más dinero destinado al intento de cancelaciones ante vencimientos de deudas anteriores.
El paso siguiente de la dupla Milei/Caputo es ofrecer en breve, papeles del Estado al que tanto odian, por un valor de unos U$S 1000 millones para tapar agujeros que periódicamente sacuden las estanterías de un BCRA que además, no ha logrado ahorrar los U$S 50000 millones prometidos por Milei para este mes, a pesar de las U$S 12000 millones del FMI anunciados como la solución total de los problemas, que están muy lejos de ser solucionados; para bien de la salud económica de la Nación y por ende, del pueblo argentino.
La paradoja exhibe que el gobierno nacional no emite Pesos para evitar inflación según su criterio, y no compra dólares para que la divisa se mantenga con precio bajo dentro de la banda impuesta (1000/1400) sin más respaldo que las imposiciones políticas. Las que la banca financiera internacional ya le dijo varias veces a los neoliberales en el gobierno, que se había acabado la confianza y el crédito generando casos extremos como el del 2001.
