Los malos ejemplos son más peligrosos en quienes los toman que en quien lo practica. El original es uno solo pero sus copiadores multiplican la negatividad a costa del prójimo.
Lamentablemente en nuestro país tenemos desde hace unos años, a quien sigue la línea agresiva de Donald Trump, frente a la mayoría de sus pares en el mundo, sin importar el presente y el futuro de los gobernados. Javier Milei lo ha repetido y busca cuanta oportunidad imagine, de lograr al menos una foto con el presidente de los EEUU, que por lo visto está apoyando la locura económica con alto daño social.
A ellos no les importa el futuro del pueblo argentino. Lo demuestran y coinciden en el abuso del dinero esquivando a los más necesitados. Cierran grandes negocios financieros asegurando a futuro, según lo dicen, la asistencia desde el Tesoro de los EEUU, a un país cuyos administradores repiten lo pésimo de la historia, acelerando lo destructivo.
Hay una diferencia. Trump quiere potenciar la industria de su país mientras que Milei le da la espalda y abre la importación como en los tiempos de Martínez de Hoz, Cavallo y similares. Respecto de la agresión, el presidente libertario copia los actos de violencia, segregación y crueldad política y social. Las malas acciones no son las convenientes cuando se debe administrar una Nación, y tampoco hacerla volar por los aires a costa de la calidad de vida de un pueblo sufriente, con pérdida laboral, incertidumbre y hambre por falta de dinero. En todo caso copiar al resto del mundo, y reabrir las puertas hacia adentro por la soberanía. Tomar rumbo hacia el desarrollo contra la dependencia con la que nos han enredado.
Reconozco que es tarde porque la nueva deuda con el FMI y otras con entes internacionales, sirven para aguantar la liquidación patrimonial. Lo que no creo es que alcancen para evitar el tiempo de remate y posible reproducción de lo pésimo de la institucionalidad malversada.