La corriente no devuelve lo que se lleva y parece que desde el gobierno nacional, hay un grupo al que le indicaron que deben tirar al río a los de apellido Menem. Socios elegidos especialmente por la secretaria general de la presidencia. Persona esta, que habría ordenado que ahora hay que ir, en contra de quienes fueran hasta hace horas, los más íntimos del poder que manejan con su hermano Javier.
Martín Menem está relacionado por su pasado comercial, y no por un gimnasio, con empresas del rubro que se ha metido en el seno de la política gubernamental y de la LLA.
El otro Menem, Lule, que en apariencia era muy pero muy cercano a Karina, ahora fue al parecer, enviado a desmentir todo lo que pudiera respecto de las manifestaciones; incluidas en los audios que relacionan al ex funcionario y abogado del presidente, Diego Spagnuolo.
Una bolsa de gatos en la que algunos ejemplares abiertamente quieren demoler a los Menem sin disimulo alguno. ¿Será por algún abuso interno que suelen llamar traición? O es una reacción del sector libertario ortodoxo que nunca los quiso adentro, y ven en este momento, la oportunidad para cargarle cuanta versión delictiva se escuche.
Claro está que los mencionados para la supuesta salida, vienen de una familia adepta a los negocios de gran escala y han estado relacionados en algunos gobiernos. A decir de algunos observadores, “lo de los Menem, en general, es genético”. De lo que no hacen falta explicaciones, es que son parte de la verdadera casta político empresaria. La historia lo demuestra pero esta vez se asociaron con quienes no tienen escrúpulos y tiran al río a cualquiera para salvar su piel y sus cargos.
Falta el resultado de la tarea judicial demostrando que y quienes serían los responsables de que el gobierno se quiebre, de comprobarse los delitos en danza y que se visibilicen superando todas las versiones.