Y de pronto el libertario se volvió estatista imponiendo una especie de control basado en amenazas y sugerencias a consumidores, para que se abstengan de comprar productos de consumo masivo, si aumentan sus precios. Iniciativa simplista y contradictoria por las críticas previas de Milei a las políticas de control de precios en tiempos de gobiernos peronistas, y algo en el parcialmente convertido a social demócrata.
Tras un año largo de libertinaje remarcatorio de precios inducido y autorizado por el presidente y su equipo, generando un verdadero caos económico en el bolsillo popular reduciendo el núcleo más importante de la economía interna; el tiempo de campaña electoral le cambia el rumbo al gobierno. Medida insuficiente que no soluciona nada del daño social y entre pequeños empresarios causados, que propone que la lucha la desplieguen los consumidores, eternos rehenes de los sectores del poder.
Tiempo de necesidades politiqueras que no compensan las pérdidas de los sectores más desposeídos y exhiben un mundillo de re acomodamientos entre propios y ajenos en todo el país. A pesar del intento oportunista repetitivo de otros gobiernos, acordándose del pueblo cuando necesitan el voto popular. Milei enredado en su desatino cotidiano, levanta el cepo sin que ello beneficie a los castigados. Sí para los que disponían de algunos pesos pero no para los que reclamaban dicho cambio que son los grandes empresarios sedientos de adquirir dólares; y despachar ganancias al exterior.
Medidas que sin respaldo de producción, se aplican renovando y multiplicando deuda con el FMI. Un modo de impactar en la distraída concepción individualista para inducir el voto a los candidatos libertarios con disfraz de populares y sensibles a los anhelos de los ahorristas. En simultáneo por efecto genuino se produce una nueva devaluación hermanada con el rutina preventiva de remarcaciones de precios de los que fueran liberados a hacerlo en 2024, y ahora, atacados por el presidente personalmente pidiendo a los consumidores que no compren y se metan sus productos “en el culo”.
A la vez Caputo contra sus intereses, según dicen los chismosos, posterga aumentos de servicios de electricidad y gas, también para no multiplicar la bronca y eventualmente ganar apoyo electoral para los candidatos del palo. Un dato de alarma es que la derecha se ha dividido de manera notoria incluyendo en casos, auto críticas interesadas en el mismo fin que el oficialismo, atraer votos para sumar legisladores dónde y cómo sea. Mayo y octubre serán escenarios de elecciones en la Capital Federal y en las provincias. En ambos sectores la actividad de acuerdos o divisiones, transitorias o definitivas según los resultados, están a al vista en franco crecimiento por obvias razones de dichos intereses creados.
En los próximos meses se repetirán procesos de seudo mejoras gracias a los dólares prestados que aumentan la deuda externa; y después de octubre, veremos la verdadera consecuencia del nuevo acuerdo con el FMI, mientras que la deuda generada por Macri sigue tal o peor la causaran. Da para sospechar haciendo memoria que 2026 será otro año de ajustes y restricciones dirigidos a los grandes sectores sociales, que no pueden ni podrán comprar los dólares liberados que esperan los que concentran los grandes capitales y esperan para repartir beneficios con destino a sus casas marices fuera de Argentina.
Cualquiera sea el intento del gobierno nacional respecto del aumento por devaluación, bajo efecto de la banda máxima de los $1400/dólar; no irán más allá del 35 % (+ o -) que constituyen aproximadamente las cadenas de “supermercadistas”. Los pretendidos controles no llegan a todos los comercios barriales o de proximidad en los que los intermediarios siguen y seguirán provocando estragos con aumentos de precios.
De los sueldos no se habla y en general los dirigentes sindicales esta vez con apoyo de la CGT, comienzan a citar mesas paritarias ante este nuevo proceso que ya impactó en la economía de base, cada vez más deteriorada. La pregunta apunta a que si el gobierno de Milei aprobará ahora aumentos de sueldos acordes a la realidad, y no sujetos a la falsedad ideológica del INDEC con componentes faltos de varios consumos populares que son los más afectados por los aumentos de precios.
Esto último puede ser el factor determinante para que todo lo anteriormente referido para ganar la atención de los votantes, se lo tengan meter de igual modo como sugirió Milei con los productos encarecidos.