Esto de la batalla cultural que impulsara Milei y equipo, para encubrir la confrontación violenta con la oposición, define el estilo de un gobierno que no soporta la convivencia democrática. Más aún, cuando el presidente ofende a una persona por su posición, comentario crítico, condición política e incluso alguna discapacidad, eso es parte de su derecho a opinar.
No importa que sea el presidente cuya investidura representa a la Nación argentina.
Dicen que no es abuso de poder y es su derecho. Pero cuando los atacados por su profesión, criterio político, aversión a los abusos gubernamentales y sus efectos, el gobierno nacional ordena demandas judiciales obviando el derecho de opinión, ideología, condición social de víctima del plan de gobierno.
Son todos desestabilizadores.
Cómo se acepta desde el sector Judicial que semejante abuso de poder estatal, sea aplicado contra una persona humana a la que le niegan los mismos derechos que le atribuyen a quien ostenta dicho poder. Incluso haciendo gala del abuso e imponiendo temor con acciones violentas que amenazan la delicada convivencia. Hay realidades muy angustiantes en parte de la sociedad, que no merecen ser los que financien los desaguisados de una administración deshumanizada.
Mucho se dijo y habrá que repetirlo: si la economía no está al servicio del pueblo se incumple el principio del bienestar social sin excepciones ni exclusiones.
Y ya que la IA está ganando espacios en la sociedad, vale publicar lo que opina sobre el tema. “Si la economía no está al servicio de la sociedad, se generan desigualdades, desempleo y deterioro ambiental. Una economía que no prioriza el bienestar social puede llevar a la pérdida de capacidad de consumo, ahorro e inversión, impactando negativamente en la calidad de vida de las personas. Además, puede provocar la radicalización de la sociedad y la pérdida de confianza en las instituciones”. Sacar conclusiones.