Era habitual escuchar los discursos del presidente Milei o del ministro Caputo, sobre lo exitoso del “programa económico” y su proyección “a 30 años”. Absurdo y una mentira de las tantas que han alimentado el descreimiento de gran parte de la sociedad.
Así lo informaron varias empresas consultoras de opinión, en la semana previa. Agregaban que la disparada del dólar se debió a sospechas del llamado mercado. Empresarios que suben o bajan hasta la temperatura ambiente. Previo desde el ministerio de Economía multiplicaron las tasas evidenciando el mal estado de la economía, con renovaciones de plazos sin cancelar deudas del Estado que odian y están destruyendo.
De U$S 1700 millones que tenían en el Tesoro Nacional, a través del Mercado Único y Libre de Cambios, informaron que se habrían vendido unos 500 millones. A esto se agregan vencimientos cercanos por U$S 700 millones.
El gobierno que ya no informa cuánto gasta en este absurdo de vender lo que debe atesorar, intervino oficialmente con dólares para “garantizar liquidez”. Intentan frenar la suba para no alterar los números de la inflación, que dibujan con una canasta ajena a la realidad.
Restan los U$S 14000 millones de la nueva deuda con el FMI, prohibidos para el suicidio vendedor de divisas. ¿Acaso las elecciones bonaerenses cambiarían la economía, el dólar, la deuda externa y el riesgo país rumbo a los 1000 puntos? Imposible. Veamos cómo se resuelve la economía de bolsillo que cada día empeora el humor social.
Lo que podría favorecer al gobierno que perdía en Bs As y que perdió el abuso de los DNU; es cambiar las cámaras legislativas. Hay que llegar al 26 de octubre y si Milei sigue confrontativo, centralista, injurioso e improductivo, veremos qué ocurre con los 2/3 de ambas cámaras.
Al rechazo de los vetos se agregaría el efecto de lo auto construido, y si lo electoral provincial exhibe estas fragilidades, imaginate lo que ocurrirá con las presidenciales.
