El repudio al Estado es parte del mensaje del actual gobierno nacional, con las insistencias del presidente Javier Milei que agrega ofensas y descalificaciones al sistema; y a las personas que respaldan y valoran al Estado. El que ha sido predominante en el desarrollo de la Nación, y artífice en la construcción de infraestructura para las comunidades. En esto cito también al provincial y al municipal completando el organigrama macro de la institución. El Estado ha sido garante de la educación no arancelada y de los servicios de salud sin exclusiones, entre otros beneficios sociales hoy afectados por políticas deshumanizadas. Componentes imprescindibles para la sociedad argentina, que en este tiempo y en previos gobiernos neoliberales, fueron afectados con peligrosos recortes presupuestarios. Peligro real con los ejemplos que rigen la cotidianeidad. Pero al menos en la provincia del Neuquén existe una clara diferenciación con el modelo privatista y concentrador de la riqueza; que debería volver a ser redistribuida e incluso, ajustada al derecho de las provincias, que vienen siendo condicionado desde hace décadas. Véase en el Neuquén la reducción porcentual de los derechos o regalías por explotación de recursos naturales. Al menos en nuestra provincia, frente a la locura de las restricciones impuestas por el gobierno nacional para mostrar números favorables a la estadística que controla el FMI; la decisión política es sostener un Estado rector de políticas para el logro del bienestar social. Términos que repudian los operadores de la macro economía que dicen mejorar, mientras que la sociedad no recibe el efecto superador de las necesidades. En tiempos en que la política es manejada con premios para cambiar lo bueno de la historia, vale destacar la decisión del gobierno de advertir y aplicar que en el Neuquén, el Estado seguirá siendo el garante de los derechos adquiridos y por sumar.