No es novedad aquello referido al modelo económico restrictivo y agobiante para la sociedad, en cuanto a que lo sostienen con represión. Violencia de un Estado al que niegan y vacían día a día, mediando un endeudamiento sin horizonte de solución. Las inversiones suspendidas para la obra pública lo demuestran últimamente, generadoras de reclamos provinciales multiplicados. Incluso en Santa Fe han colocado carteles alusivos al abandono y mal estado de las rutas en una región muy transitada por vehículos de carga.
Sabido es también que el mal estado de la red vial pone en riesgo vehículos y de hecho personas que los conducen. Es otro modo de violencia con el abandono de dichas redes que además, aísla mucho más a las provincias entre sí y dificulta la llegada los centros de entrega y distribución de productos diversos.
En la provincia del Neuquén se trabaja en sentido contrario con un plan de recuperación de rutas con alto tránsito, agregando el asfalto en trazas estratégicas para la producción de hidrocarburos y destinos turísticos. Trabajos que anticipan mejoras y mayor seguridad. Hechos que marcan la diferencia ante la gravedad que impone el abandono del gobierno nacional suspendiendo financiamiento en provincias.
Las que no tienen los recursos o no gestionan por otras vías, para superar la parálisis estructural impuesta por Milei, Caputo, Sturzenegger y colaboradores. Suman la violencia estatal en manifestaciones más la persecución a periodistas, con injurias y ofensas, difundiendo vídeos falsos contra mujeres.
Se agrega la ministra Bullrich con resoluciones según el Boletín Oficial habilitando “agentes encubiertos y agentes reveladores digitales” en redes sociales; con formación para trabajos de espionaje interno ilegal. Acción contra el Estado de Derecho con espionaje digital persiguiendo a quienes piensan diferente, ante las políticas de estrangulamiento económico y social innegable.