La independencia política nutrió la historia de algunas provincias, ahora amenazadas con intentos libertarios que ameritan el rechazo impostergable. El gobierno nacional debe demostrarle a Trump y a Georgieva que cumple con lo ordenado. Exigencias restrictivas, para recuperar algo del tremendo capital adeudado por los presidentes Macri y el propio Milei.
Ambos acompañados por el ministro Luis Caputo; corresponsable de la debacle en la que hundieron nuestro país, sumando la avanzada del presidente de los EEUU, con el negociado del salvataje turbio y silenciado.
Condiciones que se desconocen, reitero, como el destino del oro de reserva despachado sin explicaciones coherentes y convincentes. Situaciones que según los antecedentes de este tipo de gobiernos, dan para sospechar de malversaciones. Estamos sin apoyo de los Poderes competentes del Estado que deberían intervenir formalmente, ante los ahora acreedores de sumas impagables.
Deben advertir desde el Congreso Nacional y desde el Palacio de Justicia, que no se reconocerán deudas asumidas a espaldas de la constitucionalidad. Hubiera sido un antídoto ante las pretensiones del FMI y del gobierno de los EEUU, que bien podrían rechazar, antes de cerrar acuerdos adversos a los Derechos y potestades de la Nación, del Estado y del pueblo argentino.
Esto que parece un discurso antiguo resulta imprescindible a la hora de ver los avances de viejas recetas para el ajuste económico; de los que no pedimos los dólares de deuda despilfarrada entre allegados y timberos. Restricciones que Milei quiere imponerle al gobernador Figueroa y a los trabajadores/as estatales contra los acuerdos salariales.
Violentan el federalismo soberano para reimponer la vieja receta conservadora husmeando en la riqueza de parte del pueblo neuquino; y para ocultar un modelo basado en actos de justicia social, y opuesto al esclavismo libertario.


