Neuquén Patagonia - República Argentina
Fecha de inicio 28 de abril de 2006

Desafío al proteccionismo

Y finalmente llegó el momento en el que el proceso judicial en Argentina, respecto de la situación del exsenador Edgardo Kueider y de su asistente, Iara Guinsel Costa, comprometidos por la tenencia de u$s2 00.000 no declarados, en oportunidad de enfrentar un control policial en el ingreso al Paraguay.

En ese país en el proceso judicial trabajan con la carátula de “presunta tentativa de contrabando de divisas”. En dicho proceso estaría previsto el desarrollo de audiencias preliminares para los días 30 y 31 de julio. Hecho que permite inferir que se haría lugar a dicha actividad, salvo, que desde Argentina se exija con mayor urgencia la extradición referida. De ser así se bare la incógnita sobre cuál será el procedimiento en nuestro país, dando lugar a priori de una supuesta sospecha protectora con ampliación de plazos. Un hecho habitual en algunos casos judiciales por delitos comprobados, que terminaron beneficiando a los acusados por varias décadas sin resolución alguna de parte del servicio de Justicia.

Los mencionados tras 7 meses siguen detenidos en ámbito domiciliario por orden del juez Rolado Duarte, acusados de lavado de activos. Situación que debería cambiar, si se hace lugar al pedido de la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, a cargo de la causa Securitas, que involucra a varios exfuncionarios y funcionarios sospechados de recibir coimas a cambio de generar accesos a  contratos con el Estado. A priori Kueider no estuvo complicado con esta causa pero la tenencia de dicho dinero no declarado en la frontera con Paraguay, permite sospechar alguna posible relación con el caso Securitas.

La investigación de los fiscales paraguayos ya data de unos 8 años y de confirmarse las razones del proceso judicial, la referida carátula cambiaría a “lavado de activos doblemente agravado”.

Por lo pronto Kueider aseguró que sus defensores cuentan con recursos para justificar que “Es un dinero procedente de Paraguay, de otras operaciones que no son mías. Y, por supuesto, uno se arrepiente de cada minuto, de haber accedido a recibirlo para luego trasladarlo ahí mismo. A partir de allí, el avance de la cuestión mediática y las hipótesis que se han construido, las cosas que se han inventado, son la verdad que desastrosas. La imagen es condenatoria, lo que han construido los medios alrededor de eso y de muchas otras cosas. Y eso, por supuesto, lo consume la sociedad. Uno ya está sentenciado con este tema”.

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