Neuquén Patagonia - República Argentina
Fecha de inicio 28 de abril de 2006

Culpables son los otros

La gestión nacional especialmente en materia económica, ya lo dijeron desde el gobierno, es la profundización que Macri reconoció no pudo concretar en su gobierno, agregando que debió aplicar el ajuste más rápidamente.

Hoy la situación de este rubro es calamitosa y no porque la de Macri haya sido benévola con el pueblo. Lo es por la profundización referida incluyendo más deuda con el FMI y a través de los manejos financieros sustentados por el cambio de bonos para obtener dinero o en todo caso, postergar vencimientos de obligaciones.

No es secreto tampoco que el hilo conductor entre las dos administraciones es el ministro Luis Caputo, que últimamente es parte de los corrillos que refieren su posible renuncia. Y ahora, parece que desde el ministerio de Economía surgen críticas a la gestión del mismo Macri que intentó de variadas maneras apoyar a Milei, especialmente en la campaña electoral cuando LLA no tenía el alcance territorial por el que han trabajado bastante.

En realidad compraron voluntades en diversas provincias. Lo concreto del caso refiere la versión del secretario de Política Económica, José Luis Daza, que estaba sin trabajo en Chile por el cambio de gobierno; aseguró que el riesgo país es responsabilidad de Macri por “la falla del programa de estabilización”. Parece que no le avisaron que su colega Caputo fue ministro de quien acusa, sin perjuicio de las calamidades causadas en esa gestión.

En ese sentido comentó que “Cuando el presidente Macri llega al poder había un consenso en el mundo sobre las posibilidades de Argentina. Ese consenso se materializó en el hecho de que entró dinero de inversionistas que nunca había invertido en mercados emergentes”, y que “gran parte de los emisiones de bonos que hacía la Argentinas eran lideradas por fondos que no invertían en mercados emergentes. Tuviste una enorme cantidad de dinero que invertía en la creencia del presidente Macri. A estas alturas de su administración tenía las cuentas sustancialmente peores de las que tenemos nosotros. Tenía déficit de cuenta corriente sustancial del 6%. Todos los números cíclicos eran peores de los que tenemos nosotros, sin embargo, el país estaba en 400 puntos básicos”.

Pareciera que compara datos contables para reconocer el descalabro existente, pero sin dejar de inventar un responsable. Vale recordar que Gaza fue quien afirmó que el levantamiento (parcial) del cepo era el paso para crecer de manera sostenida. Decisión que sólo sirvió para que el gobierno perdiera más dólares de los tantos miles de millones que le hacen falta.

De lo que nada dice y es lo que sí generó Macri, fue el nuevo endeudamiento con el FMI, en una decisión inexplicable atendiendo el daño causado que sí es parte de la crisis persistente por incapacidad productiva, en su gobierno y en el actual peor aún.

De todos modos en ambas administraciones se coincide en la práctica de la “timba financiera” que sí sabe desarrollar el referido Luis Caputo.

Daza en el intento de disimular el fracaso de la gestión Milei/Caputo/Sturzenegger, alega que “la desilusión que tuvo el capital internacional con la Argentina nos está pasando la cuenta en forma muy seria. No hay conciencia del daño que se ha hecho en estos años”.

De tanto tironear del lazo cae en el error de confesar que no han logrado “acceder a los mercados para hacer el rollover de la deuda (no pagarla y volver a prorrogarla) y estamos pagando con los ahorros del Gobierno”. No son ahorros es dinero quitado o negado a otras obligaciones y necesidades internas, especialmente relacionadas con la cuestión social y el desarrollo de infraestructuras.

De hecho incluyeron el no pago de deudas para exhibir un falso equilibrio fiscal pero aún así, en otra contradicción confiesa de manera quejosa que el “objetivo es crear las condiciones para poder volver a los mercados internacionales”. Buscan esa salida para tomar más deuda y financiar con ella lo que deberían lograr con producción, desarrollo y comercio exterior.

El funcionario del grupo de Luis Caputo intenta justificar también la flaqueza económica señalando que se debe a “la incertidumbre política” y a la influencia de “la tasa de interés”. Dos factores que también demuestran la incapacidad de gobernar, del manejo político de la gestión y de la especulación financiera que aplican como fórmula económica.

No trabajan en función de la producción nacional ni crean condiciones creíbles y respaldatorias del proceso agro industrial para generar riqueza. La buscan como sí hizo Macri, en las mal llamadas inversiones que en realidad son ofertas de enjuagues financieros  combinando dólares y pesos cuyas ganancias se van a otros países, sin generar beneficio al país.

Finalmente en el desvarío conceptual que los caracteriza, y lejos de aplicar la economía a favor de la sociedad, sigue con la cantinela de la inflación reducida que no generó beneficios porque destruyeron la capacidad de compra y con ello, provocaron la caída de la producción en el eterno círculo vicioso que quieren reemplazar con plata ajena que luego no pagan, pero si cobran las comisiones los intermediarios formados en la escuelita del JP Morgan.

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