El ahorro tal vez fue un mensaje alusivo para reordenar el bolsillo diciendo que era la base de la fortuna. Después había que generar dinero y logrando muy buenos negocios cuidando de no vender el alma al diablo. Hoy nos han reducido el consumo de manera absurda y así el famoso mercado tambalea, empresas que cierran, otras que se van del país y otras que no vienen a pesar de las riquezas existentes.
Argentina está endeudada por los neoliberales y enferma por la destrucción productiva, la falta de gestión internacional, y sin cuidar el consumo interno que ha sido y es esa base para que la riqueza o la fortuna se haga realidad. Veamos que le sucedería a las potencias mundiales si su consumo interno se redujera y sus industrias paralizaran.
Sería una cadena de quiebres de grandes naciones con sus comunidades empobrecidas y privadas de acceder a productos que integran la oferta de un consumo digno y merecido por todos los trabajadores y trabajadoras. Los idiotas útiles del capitalismo deshumanizado son los que congelando el poder adquisitivo creen solucionar el desmadre financiero provocado por ellos mismos.
Producir, consumir y fortalecer el círculo virtuoso que ha generado esta Nación hoy dominada por la pérdida de su soberanía económica y de paso política consecuentemente. La inercia de la austeridad obligada para juntar plata para pagar deudas, además ojalá lo hicieran, es un error gravísimo porque impide el proceso de desarrollo.
De allí nuestro título de hoy que refiere que “consumir es factor de riqueza” y prohibirlo o impedirlo es un paso erróneo agravante; de la crisis que nos impusieron con impericia y malas intenciones propias de los anti soberanos, que se están cargando el poder de manera abusiva.


