Neuquén Patagonia - República Argentina
Fecha de inicio 28 de abril de 2006

Conclusiones y obviedades

Pensar que el ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que “La estabilidad es la mejor política industrial”

El círculo virtuoso productivo reemplazado por su formato vicioso ci¿on financiamiento proveniente de deudas impagables, sigue vigente y así lo confirmó el ministro de Economía; Luis Caputo.

Repitiendo argumentos a los que agregan reconocer la necesidad de comprar dólares, porque no hay producción ni comercio que así lo permita; Caputo quiere salir a buscar deuda en el exterior, tal vez con parte de los bancos que antes les dijeron “no hay plata” si “no hay plata”.

Cuando nos dicen que el país volvería a estar en condiciones de lograr financiamiento externo, ante todo es una falacia porque no pagaron la deuda grande y sí la aumentaron.

En realidad ocurre que la desesperación sigue presente y las necesidades financieras no amenguan la intensidad.

El ministro también dice a modo de pretendida “compresión del riesgo país”. Que hasta que este registro no disminuya no se podrá tomar deuda. Es una obviedad que presenta como conclusión creativa cuando es lo que le dijeron desde el JP Morga.

Son irrespetuosamente falsificadores de las versiones y afanan hasta la propiedad intelectual.

Hoy desesperan por unos “u$s6.000 y u$s7.000 millones” aunque ayer esperaban U$S 20000 millones que fueran negados por los EEUU y luego por los bancos. Evidencian  la tremenda incapacidad económica por el tremendo endeudamiento que no recibe contraprestación de ingresos en igual moneda por producciones y comercio internacional.

La solución de Luis Caputo es tomar más deuda aunque Milei lo rechace como si fueran de gobiernos diferentes.

Este ministro ahora dice que “Nos han ofrecido los bancos entre u$s6.000 y u$s7.000 millones, y veremos cuánto de eso les tomamos. Por ahí cero, por ahí u$s1.000, por ahí u$s2.000, por ahí u$s3.000”. Alegato que se diluye si recordamos que en el inicio de 2026 hay que pagar unos “U$S4600 millones”.

Agregó “Creemos que en los próximos meses o semanas va a haber una compresión fuerte del riesgo país. No es fácil el timing en estas cosas”.

Recordando otros tiempos del proceso desnaturalizado en materia económica, agregó que “Si entonces me hubieran dicho que íbamos a llegar a un acuerdo con el Fondo por u$s20.000 millones, que íbamos a salir de las restricciones cambiarias, que íbamos a ganar las elecciones por paliza, que íbamos a hacer acuerdos comercial y estratégico con Estados Unidos, y que EEUU iba a estar montando pesos en Argentina, yo hubiera pensado que el riesgo país iba a estar en 300 puntos básicos”.

Superado por la realidad generada refirió “Obviamente hubiera estado totalmente errado, porque ustedes saben que está cerca de 640 puntos. Esto prueba que los mercados a veces tardan en reaccionar y no son fáciles de predecir. Lo más probable es esperar que el riesgo país vaya a converger a los 300 puntos básicos. Cuándo, no sé: ¿un mes, dos, tres o cuatro? No podemos decir eso. En el mediano y largo plazo siempre prevalecen los fundamentos. Siempre”. Definiciones rematadas con una indefinición que demuestra la inexistencia de  posibilidades organizadas. A tal punto que aclaró que “No tenemos la bola de cristal. Pero si se hacen las cosas bien, va a ir bien”.

Mientras tanto alimentan el proceso interno para que los ahorristas se deshagan de sus dólares para ellos captarlos y así, disponer algo de lo tanto que le deben a la banca internacional y no saben cómo ni cuándo pagarle.

Para ello amasan proyectos para que según Caputo los obligados a los que prefieren llamar contribuyentes, dejen su dinero en los bancos y mientras puedan lo usen, y así, “A través de la simplificación de Ganancias, ARCA te determina tu impuesto en función de tu facturación y tus gastos, y no te mira tu cambio patrimonial”. En este sentido agregó que puedan “seguir con la plata en el banco y usarla para comprar acciones, bonos, un motor, una licuadora, lo que quieras. El desarrollo del mercado de capitales”.

Asimismo refirió que “No es casualidad que el país no crezca desde hace 11 años; hay u$s170.000 millones debajo del colchón de la gente, casi 10 veces el circulante en pesos”.

Además reconoció que existe la desconfianza financiera y “Eso generó daño no solo económico, sino psicológico. Hay gente que todavía hoy teme y se lleva la plata de los bancos, como si fuera a pasar algo”.

Este mismo Caputo y sus jefes respectivos fueron los culpables de que sigamos desconfiando del sistema concentrador de capitales que luego desaparecen por la timba, y finalmente lleguemos a lo que ocurriera con Cavallo, Sturzenegger y aprendices de la época, con la pérdida multimillonaria de ahorros y nuevos endeudamientos que hoy disimulan.

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