Nuevamente la influencia institucional mediando para la agresión a personas que hablan, opinan y demuestran casos y contenidos nefastos para la sociedad. Personas que trabajan en lugar de apostar al ganador de turno timbeando el patrimonio nacional. Mujeres y hombres descalificados por su desempeño en el rubro periodístico que algunos anhelan sea selectivo y autorizado si pertenecés a La Nación o no. Así lo definió Luis Majul, otro periodista atado a las corrientes del neo liberalismo.
Dicho esto porque algunos critican ser de una línea de pensamiento siendo ellos de otra opuesta. Si hay derecho para unos también debe ser así para los otros. Salvo para los que usan y abusan de las falsas noticias para engañar, confundir y de paso, estimular el odio con fines muy bien determinados. Fascismo en ejercicio indisimulado. Luis Majul una vez más se suma a las justificaciones de los ataques que hoy agrega el nombre de Roberto Navarro, golpeado por la espalda y provocando un estado de control hospitalario mientras se evalúan los efectos del golpe traumático en su cabeza.
Poco tiempo atrás el presidente de la Nación publicando que ciertos ataques no eran suficiente, abriendo la puerta a que supuestos seguidores del desequilibrio social, redoblarán sus actos de violencia a la luz del día. El hecho se dio en un hotel de la ciudad de Buenos Aires, en el que la seguridad no reaccionó a la provocación previa de otro cómplice del atentado, para evitar el desenlace. Por ello puede considerarse que fueron colaboradores o en todo caso, inservibles, en la necesaria seguridad que debe garantizarse en espacios públicos o privados. La anarquía aprovecha y el poder abusivo agrega leña cada día, para que las llamas aumenten y generen lo que la Física define como acción y reacción.
Ojalá que esto no ocurra empezando por atemperar los mensajes de agresividad desde la casa rosada porque son responsables de garantizar la vigencia de la Democracia, y no estimular un escenario fascista que no tienen lugar en el mundo, salvo para los que políticamente no integran la convivencia en el disenso racional imprescindible para el equilibrio.
Caso contrario que cambien de rumbo y no lleven al país y a su sociedad a una situación conocida y agravada por reiteración continua, para el vaciamiento del patrimonio nacional.