Claudio Vidal, Ignacio Torres, Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro, Carlos Sadir y el agregado de Juan Schiaretti reniegan de lo que llaman extremos, pero apoyaron a Macri y a Milei hasta no hace mucho en sus políticas destructoras de la economía, del tejido social y generadores del endeudamiento impagable. Acompañaron políticas contra el Estado y su nefasto resultado.
Ahora desde un supuesto centro organizan lo que parece un club de pre candidatos para el 2027, con discursos individuales o grupales según les convenga. Habían invitado a Kicillof antes de su triunfo en Buenos Aires pero no aceptó. Resultado que a su modo felicitaron mientras que ahora critican los gritos de Milei y la falta de gestión adecuada para una nación.
Hoy dicen que así no hay futuro pero ayer tampoco lo había y lo apoyaron. Los gobernadores Figueroa y Weretilneck tampoco se sumaron y ratificaron la posición anti centralista que este grupo no termina de definir claramente.
Respecto de Schiaretti llama la atención que diga que buscan “un camino para no volver a frustrarnos”. Cuándo y con qué se frustró el exgobernador si estuvo cercano a Macri y a Milei. Lo que sí parece es que junto a Llaryora y tal vez De La Sota, preparen también su precandidatura presidencial y en ese tiempo habrá que ver qué deciden en el grupo.
En general no resultan confiables y habrá que ver como se definen tras el resultado electoral de octubre. Esa sí será una fecha tras la que según sea el resultado electoral, exhibirá cambios diversos. Previo defienden ante todo su situación provincial pero no convencen que sean tan federalistas.
Un detalle de quiebre con Schiaretti y Llaryora puede ser el festejo de posibles “opciones no peronistas” como dijeron. Festejaron lo de Kicillof pero a la vez son opositores y allí está lo que guardan para mostrar con quien y para quién jugarán a la hora de definir el proceso político que pergeñan cuya meta es el 2027.
No parece ser otra cosa.
