El expresidente francés derechista, Nicolás Sarkozy, irá a prisión tras la sentencia que lo condenara a 5 años tras las rejas. La decisión judicial se suma a dos previas que pudieron evitar los asesores pero en esta oportunidad, prevaleció la acusación de haber recibido aportes económicos indebidos en su campaña electoral de parte del gobierno de Libia.
En esta oportunidad prevaleció la acusación de “asociación ilícita” que se agregó a otras denuncias en juicios previos por tráfico de influencias, corrupción y la referida financiación ilícita durante una campaña electoral desarrollada en 2007.
El exmandatario concluyó en que “Si quieren que duerma en prisión, dormiré en prisión con la cabeza alta. Soy inocente”. La sentencia alcanzó a su ministro del Interior y a quien se desempeñara en su gobierno como jefe de gabinete.
El antecedente de su caída fue progresivo y en 2012 pierde ante el triunfo del socialista François Hollande y, en 2016 vuelve a perder en la interna de su propio partido motivando el alejamiento de la actividad política pública.
Por entonces dijo que “Ha llegado la hora para mí de levantar más pasión privada y menos pasión pública”.
Aún así Sarkozy fue visitado manteniendo reuniones diversas con el ultraderechista Jordan Bardella e incluso con Emmanuel Macron actualmente en funciones presidenciales.
Por lo pronto salvo alguna apelación si es que correspondiera o tuviera como alternativa, el condenado otrora dirigente de la derecha francesa, deberá cumplir con la sentencia que estableciera un lustro de encierro.