Claro está que los integrantes del equipo del presidente, no tienen límites y agregan cada día mucha más mierda de la que tiraron en una vereda y refirieron en un pasacalle aledaño. Mierda que Milei festejó en “X” lo de los chalecos amarillos con una pala mecánica descargando estiércol en las escaleras de un edificio público; como protesta por cuestiones impositivas en Limoges, Región de Lemosín, en Francia.
En noviembre de 2018 Milei festejó publicando como “Hermosa iniciativa”, lo que hoy en menor grado, fue motivo de encarcelamiento, de varias funcionarias y una concejala por la cuestión del violento Luis Espert. Hecho que está siendo utilizado por la jueza Arroyo, en proceso de auto promoción; para insinuar posibilidades de una célula o grupo marginal. “Si tiran mierda imaginate lo que pueden llegar a hacer” dijeron para justificar procederes irregulares y de hecho exagerados.
Castigar de más para amedrentar a quienes no estén a favor de lo que se percibe como un régimen riguroso en lugar de un gobierno. Cambios de criterio que muestran la realidad de lo que representan ejerciendo la violencia en todas sus posibilidades.
Se puede decir que tirar mierda no es de buena suerte como dicen si se la pisa, pero no amerita semejante represión y sanciones cuando por medios oficiales y privados, hacen gala de un vocabulario mucho más ofensivo, violento y violador de normas legales.
Palabras con las que disimulan el desastre económico y social y el que se sospecha para el tiempo restante. Estrangulan la economía nacional, regional, provincial y municipal; dañando el tejido social como en 2001 sin guardar el mínimo respeto.
Atropellan y usufructúan indebidamente partidas de dinero que deberían estar al servicio de la sociedad en variedad de asistencias. Especialmente cuando la política económica es destructiva del Estado que debe estar presente en escenarios en los que el capital privado no aparece.
