El negocio de las drogas peligrosas es un problema mundial y demanda intervenciones del estado con recursos adecuados a la modernidad adquirida por los poderosos sectores con gran recurso económico. En la provincia del Neuquén se trabaja en el llamado “narco menudeo” apuntando según declaraciones del ministro de Seguridad, Matías Nicolini, no a los consumidores sino a los que ofrecen en venta dichos productos. El funcionario, tras destacar los logros en el marco de la ley provincial sobre la materia, reclamó al gobierno nacional, una mayor y efectiva intervención de las fuerzas federales en las fronteras de Argentina.
Grandes extensiones con pasos no habilitados que siguen siendo parte del llamado “colador” que permite el narcotráfico, sin descartar la necesidad de mayor atención en los pasos internacionales oficiales. Reclamo que plantearon otros gobernadores que coinciden en la necesidad de una mayor movilidad de las fuerzas nacionales que son afectadas con mucho más énfasis contra los jubilados y quiénes los acompañan en sus reclamos los miércoles frente al Congreso Nacional. Zona muy alejada de las fronteras nacionales en la que se ven verdaderos ejércitos operando contra los más desvalidos, mientras que en las fronteras en muchos casos, los controles son más de forma que de fondo. Esa atención y ensañamiento de los efectivos de las distintas policías y gendarmes, pertrechados para escenarios bélicos, deberían proliferar en dichos límites nacionales, para evitar y de ser necesario, atacar a quienes ejercen el comercio de estupefacientes, que terminan en manos de quienes pierden poco a poco, la sanidad de sus vidas, rumbo a desequilibrios e incluso la muerte por los excesos.
Vale en esto destacar lo advertido reiteradamente, que se relaciona con la oferta de pago de dineros que no se obtienen en las paupérrimas relaciones laborales a espalda de las normas legales vigentes, convocando a personas necesitadas que además, padecen de pocos o ningún escrúpulo con tal de obtener dinero por la vía rápida Otra de las razones que demandan la generación de ofertas de trabajo con intervención de empleadores responsables; alejados de la especulación de la conocida timba financiera, improductiva por excelencia.
