Sturzenegger demostró la coherencia del colectivo anarco capitalista que apoyó Mauricio Macri y sus adeptos, que hoy, le buscan poner “el último clavo al cajón”, como si ellos fueran los verdugos enviados por el rey en tiempos de monarquías y mazmorras.
Dice el desregulador reiterando la estafa al Estado y al pueblo argentino, en tiempos previos al 2001. Ejemplos que los historiadores con media visión olvidan, niegan o soslayan como parte del proceso destructivo que le cargan sólo a la corriente política llamada peronismo. Nombre que niegan para encubrir, a los que desde ese sector fueron mutando en un proceso neo liberalizador en el que cada tanto le tosen al presidente por algunas de sus decisiones. Ligera crítica para marcar una diferencia inapreciable.
Luego le votan en el Congreso lo que les indican. Algunos dicen que en realidad les compra la voluntad de los votos. Sturzenegger justificando el mamarracho de poca inteligencia en vídeo usando lo artificial para atacar a su ex conductor, Mauricio Macri, dijo que es parte de la libertad de prensa reinante. Falso y cínico como sus pares, tal el caso de Patricia Bullrich o Luis Caputo y el encubierto primo o sobrino del ministro endeudador, de igual apellido, protegido con la inexistencia de cargo, toma decisiones que a futuro no podrán recriminarle pero que hoy, debiera hacerlo el Poder Judicial por uso indebido de cargo público.
Falso porque hay un abanico ideológico de periodistas atacados por el presidente que no soporta esa libertad de prensa por la que hay que avisarle a Sturzenegger, para que no exhiba la falsedad ideológica de sus mensajes, que encubren una vez más, la liquidación del Estado. Ejecutor del mega canje con apellido lavado. Van por un nuevo “régimen” para usar dólares de origen desconocido. Les importa recaudar lo que nunca veremos en el presupuesto. Así de “transparentes”, como decía Cavallo, son los líderes del cambio anti social, anti estatal y anti argentino.
