La situación forzada por el gobierno nacional en materia económica con graves efectos sociales, está perdiendo el respaldo mayoritario de empresarios de medios de prensa. Así lo evidencian sus voceros incluyendo en parte a los más cercanos; que necesitan conjugar sus festejos y apoyo a las falsedades difundidas por el aparato estatal odiado pero usado; con observaciones que llegan a ser críticas para compensar. No está mal que haya posturas editoriales a favor del gobierno, lo que repugna es la falsedad ideológica de la información y los mensajes maquilladlos de noticia. Los principales medios de prensa ya no ocultan lo indisimulable y han tenido que decir lo que los desborda. El daño social y económico causado es muy grande y las reacciones se multiplican, incluso sin que ningún dirigente convoque a lo que han postergado desde la crítica inteligente y constructiva, que así sería superadora. Y de allí que la historia muestra a los jubilados en la calle como lo hicieron madres durante la dictadura. Son reacciones legítimas ante el abuso de poder que también ahora, reciben apoyo de sectores populares tal el caso de los hinchas de fútbol. Los que desde sectores reaccionarios calificaron de barras bravas para desprestigiar el apoyo. Veamos que en las marchas sin policías visibles no hubo violencia, pero sí se produjo cuando los uniformes de la ciudad y de la Nación, ocuparon espacios para regar con gases nocivos golpeando salvajemente a personas indefensas. Si no se equilibra la película, habrá cada vez más represión de reclamantes en la calle y como ya ocurrió, dispuestas a repudiar lo que ahoga la vida de millones de semejantes. No se trata de potenciar la violencia que ya vivimos en lo cotidiano sino otra vez advertir el descontrol del orden modo dictatorial que puede como en 2001, llevar a la destrucción del pacto social por la paz interior, sin uso de la fuerza que debe proteger a la Nación