El ciclo 2025 llega a su fin con un panorama económico del que hasta los íconos neoliberales de otros tiempos, como Cavallo y Redrado sin olvidar a Melconian; ponen en duda la sustentabilidad del proceso al que le faltan dos años. Pero también faltan dólares, ante una enorme necesidad de esas divisas por los compromisos asumidos tras acuerdos, casi delictivos, entre autoridades argentinas y del FMI.
En ambos casos ninguna de las partes actuó conforme a la racionalidad porque otorgaron, desde el Fondo, fortunas enormes que Argentina no estaba en condiciones de devolver. Allí habría un nudo legal que el Congreso Nacional, debería abordar para dejar en claro que los endeudamientos no tuvieron ni tienen respaldo legislativo.
Es la teoría porque en realidad ya son muchos los diputados y senadores que curiosa y coincidentemente, se suman a esta corriente de transformación sospechosa, inexplicable y atada a intereses ajenos a la Nación y su pueblo. Sin apoyo legislativo no hay salida legal porque desde el poder Judicial, dejaron en claro que ya están de feria sin importar el mes del año.
Sólo activan o desactivan procesos según lo indique el poder político residente en la casa rosada.
Asimismo el clima político es confuso. Está enredado con versiones de disconformidad de algunos cercanos al gobierno nacional, que se compensan rápidamente con decisiones políticas de supuestos opositores, avenidos a dialoguistas; en espera de un dinero que en dos años se les negó.
Creen en los discursos contradictorios de quien no administra sino que depende de la deuda eterna postergando cancelaciones. Padecemos un modelo deshumanizado, irresponsable y agraciado por los dueños del capital; que cercan a la Argentina, encabezados por Donald Trump condicionando al gobierno nacional y a la sociedad.


