Y de pronto la mayoría de los medios de difusión refieren que las condiciones del país cambiaron y auguran despegues económicos impensados hace un mes atrás, cuando vaticinaban tormentas peligrosas en lo económico.
Parece que olvidaron el negociado de Scott Bessent, supuestamente con dinero del Tesoro de los EEUU, que en poco más de una semana ganó unos U$S 200 millones, pagados con recursos del swap estadounidense, al igual que unos U$S 2100 millones a los EEUU y cerca de U$S 1000 millones. Esto no demuestra crecimiento económico sino uso de capital de deuda cuyo acreedor se llama EEUU bajo las decisiones de Donald Trump.
Además si el escenario económico fuera tan exitoso como lo vuelven a pintar, no habría tanta oferta de pagos en cuotas sin costo financiero a la vista, que en realidad evidencian que ante la falta de ventas se apela al crédito a largo plazo. Si hubiera riqueza floreciente no harían falta planes de pago en los diversos rubros comerciales que evidencian registros a la baja sostenida.
Los acreedores y oferentes guiados por Trump para captar más riqueza de Argentina, pensando en recursos diversos, porque sigue faltando plata genuina para las deudas. La economía argentina es ficticia, está financiada por capitales foráneos, seguimos sin saber dónde está y que han hecho con el oro, del que cada día se habla menos y ya es para lamentar esa seguridad referida por Luis Caputo.
Tampoco sabemos del costo de los acuerdos financieros con los EEUU y así, seguimos en una nube que oculta las realidades que no informa el gobierno nacional. Tremenda situación que parece no existir para los difusores de noticias y tampoco para millones de argentinos que creen que son temas ajenos.
No hay estabilidad, vivir es más caro, el dólar no tranquiliza al círculo rojo; y siguen los negociados de gobiernos neoliberales que multiplican deudas, con el voto inexplicable de los que deberán pagarlas por 100 años.
