Los que manejan el modelo para “gente de bien” como suelen decir los libertarios no van a promover el bienestar del pueblo tal lo demostraron en estos dos años de sacrificio y endeudamiento sin justificativo. Un tiempo durante el que la riqueza tuvo un destino desconocido. Si hasta el oro de reserva despareció so pretextos sin explicaciones satisfactorias.
Se lo llevaron cual dueños cuando eran apenas empleados de un Estado al que están dilapidando y reduciendo a la mínima expresión con la intención de hacerlo desaparecer.
Que el poder lo manejen sólo los que lo tienen tras usurparlo abusando del resultado de las urnas y que ahora, en segunda instancia quieren profundizar con mayor rigor anti social. Estamos viviendo mal y no debemos acostumbrarnos a ello.
Por el contrario, no tienen ningún derecho de dictar sentencias que nos esclavicen bajo amenazas inmerecidas respaldadas por la falsedad ideológica. Mienten mientras se ufanan de quedarse con lo de las mayorías populares en una sociedad confundida, engañada y que está tan mal que sospechan que ante un cambio todo puede ir peor.
No hay que acostumbrarse a vivir mal. Hay que recuperar el darse unos gustos razonables para los tiempos que hemos vivido y que demuestran que es posible, y además necesario.
Esfuerzo para lograr cometidos de una mejor vida por sobre el sacrificio doloros al que obligan a jubilados, trabajadores ahora bajo nueva amenaza, a estudiantes, a docentes y a la mayoría de los trabajadores de un país con millones de kilómetros fuera de las avenidas Callao, Rivadavia, Santa Fe y Paseo Colón.
Antes el límite era la avenida general Paz pero lo acotaron más aún. Soslayan a las provincias salvo al Neuquén, que les brinda riqueza tras lo desarrollado por el Estado que odian y quieren quitarle lo que debe tener para garantizar Derechos y Justicia acordes a la dignidad negada; para que muy pocos no concentren la riqueza del pueblo argentino.
