Historia, materia reprobada indica que pasaron 43 años de la estatización de las deudas de los empresarios Alfredo Martínez de Hoz, Franco Macri, Fortabat, Pérez Companc y otros verdaderos truhanes internacionales.
Fue en 1982 con el preparado que luego Domingo Cavallo negara culpando a su sucesor en el BCRA, bajo las órdenes del dictador presidente de facto Reynaldo Bignone y el asociado Ministro de Economía José Dagnino Pastore.
El negociado fue por unos “U$S23.000 millones” para beneficio de los propietarios de unas 70 empresas entre las que se incluyera a Acindar, Socma y Sevel, Loma Negra, Compañía Naviera, Bridas, Sideco, Techint, IBM, Ford, Fiat, Banco Río, Francés, Citybank y Supervielle, entre otras según el informe elaborado ya en tiempos de vigencia democrática.
En su tiempo fue considerada como la mayor estafa, impune incluso, contra el Estado Nacional. No obstante hubo otras acciones similares generadoras de deudas enormes en los gobiernos electos de De la Rúa casualmente con el mismo Cavallo y Sturzenegger, Menem, Macri y ahora con Milei.
Todos estos generadores de nuevas deudas de imposible cancelación alimentando la dependencia histórica del capital internacional. Vale recordarle a los negadores o distraídos que ninguno de estos presidentes se preocupó por cancelar sus compromisos y hoy, el escenario repite la versión actualizada. El gobierno nacional asume una devoción absoluta por Donald Trump.
El que desde la Casa Blanca, despliega políticas perversas para los intereses de la República Argentina, de la que dicen ayudar, asistir y respaldar, pero lo hacen para salvar al presidente Milei a cambio de lo que los ejemplos históricos, advierten del riesgo de asociarse a los EEUU.
Se aceptan y aplicarán condiciones del benefactor estadounidense, tal lo vemos ya con dos reformas antes que lleguen los préstamos que no suplieron con producción genuina.
