Fue habitual que Javier Milei, Luis Caputo, Federico Sturzenegger o Patricia Bullrich; alegaran durante casi dos años que la Argentina estaba en un proceso de desarrollo muy importante y que la sociedad respaldaba las decisiones políticas de una economía, a la que destacaban por su movilidad.
En cambio, desde diversos sectores fueron advirtiendo que los costos de vida eran insoportables y que el fin de mes se anticipaba más y más del día 30, porque el dinero en el bolsillo popular se agotaba antes de la tercera semana.
Así prosperaron las estrategias secar la plaza rescatando dinero circulante y vaciando los bolsillos para terminar destruyendo el consumo y por ende la producción; con lo que agravaron la situación laboral. Resultado empobrecimiento maquillado con registros de falsa inflación y la innegable recesión destructora del equilibrio y la equidad.
En simultáneo la dupla Milei/Caputo fue en busca de mayor financiamiento, multiplicando deudas hasta caer a los pies del festejado por Milei, Donald Trump; para intentar, sin éxito alguno, compensar las falencias económicas provocadas por el absurdo y exagerado derrotero de mostrar lo que insisten en pronosticar, como “inflación cero” a futuro.
No alcanzaron las diversas acciones que nos endeudaron de manera más que peligrosa; que sólo beneficiaron a los impulsores de los enjuagues financieros para ganar dinero sin inversión de riesgo, sin producción y sin desarrollo consecuente.
Realidades que niegan desde el gobierno nacional y que ahora el mismo Donald Trump la refriega la gravedad imperante que provocara su amigo Milei.
Suelto de palabras afirmó ante periodistas en los EEUU, que “Argentina está luchando por su vida, señorita. Usted no sabe nada al respecto. Están luchando por su vida. Nada está beneficiando a Argentina. Están luchando por su vida. ¿Entiende lo que eso significa? No tienen dinero, están luchando con todas sus fuerzas para sobrevivir. Si puedo ayudarles a sobrevivir en un mundo libre… me gusta el presidente de Argentina. Creo que está haciendo todo lo que puede. Pero no hagas (le dijo a la cronista) que parezca que les va muy bien. Se están muriendo. ¿De acuerdo? Se están muriendo“.
Un mensaje que no sorprende por su contenido pero sí demuestra que Trump y Milei no coinciden en ello, pero claro está que el estadounidense ve lo mismo que los que sufren en Argentina tras un proceso degradante de una serie de valores materiales y espirituales.
Agravantes de la destrucción del tejido social orientando el proceso hacia un mayor individualismo propuesto antes por Macri; y ahora devenido de la desesperación que Trump le comenta no sólo al periodismo y para justificar su nueva apuesta financiera; sino también para decirles a los libertarios que lo suyo ha sido calamitoso.
Hay que agregar en esta nota la observancia del modelo intervencionista estadounidense, profundizado por el criterio del presidente que ya demostró, por ejemplo, con el trueque impuesto a Zelensky en Ucranaia, tras alentar la guerra paraluego pasarle una de las facturas más costosas en este tipo de operaciones.
Algo así se sospecha que le ocurra al pueblo argentino, cuando Trump le diga a Milei que quiere comenzar a cosechar tras sus inversiones económicas para afianzar su pretendido dominio occidental, mientras compite con las grandes potencias del Oriente.
