Neuquén Patagonia - República Argentina
Fecha de inicio 28 de abril de 2006

Primeras conclusiones tras la nueva deuda

El tema financiero generado por las negociaciones del ministro de Economía, Luis Caputo y otros funcionarios, no fue motivo de información del gobierno argentino que en principio, delegó en Scott Bessent, secretario del tesoro de los EEUU, que utilizó la red “X”, por ahora como única  información respecto de la intervención en la economía de Argentina.

Np hay otro modo de explicarlo sintéticamente, pero sí advierte que el proceso de compra de pesos a través de un banco privado, más un plazo fijo “compensatorio” de la intervención, es la primera acción previa a la formalización del swap por U$S 20000 cuyas condiciones reales  se desconocen.

Bessent dice que la comunidad internacional, apoya “unánimemente a Argentina y su prudente estrategia fiscal”, aunque el único país que rápidamente pone el capital son los EEUU.

En realidad antes ya lo hizo China con un swap que se supone deberá anularse, previo pago del capital utilizado; como una las premisas que impone Donald Trump para que ese país se retire de las negociaciones con Argentina. Fue un deseo expresado tiempo atrás que se mantiene en función de la llamada “guerra económica” que impulsara el gobierno de los EEUU contra Xi Jinping y otros países del mundo. Veremos cuánto le conviene a la Argentina perder las ventas de granos y carnes al gigante asiático.

Bessent le advirtió especialmente a Caputo que Trump, sostiene su afán de liderazgo para asistir a sus aliados geopolíticos, tal el caso de Milei sin consultar al Congreso y las fuerzas diversas del país. Eso significa condicionar la economía y la política continental, y en este caso la de los argentinos/as.

Lo que se presenta como una relación comercial justa no sabemos si será equilibrada y si la inversión estadounidense tendrá fines productivos o simplemente financieros; aunque no debemos olvidar las experiencias del pasado con la liquidación de empresas estatales prácticamente regaladas a capitales privados.

Que las supuestas inversiones no signifiquen más pérdida de soberanía empresaria ni usufructos indebidos por abuso permitido.

En estos días en que los EEUU están paralizados por falta de actualización autorizada del presupuesto, por parte la Cámara de Senadores, se conocieron versiones muy críticas de diversos sectores de la economía y la política estadounidense, en clara y firme oposición al swap de U$S 20000 millones, cuando internamente, Trump aplicó restricciones rigurosas, especialmente a gobiernos estatales demócratas.

Aún así Bessent argumenta que los grandes empresarios de su país, ven liderazgo en Milei, y anhelan vincularse comercialmente con respaldo político de Trump. Además el funcionario no dice la verdad al referir solidez en las políticas argentinas y en la disciplina fiscal. Tampoco es evidente que las bandas para el manejo del dólar hayan sido efectivas ya que en la pasada semana la suba fue importante y terminó por agotar los dólares del Tesoro argentino que intervino antes de superarse el tope de máxima.

Vale recordar que las mentadas bandas, originalmente establecían los límites de suba o baja a partir de los cuales, recién allí el gobierno intervendría comprando o vendiendo divisas. No fue así, intervinieron permanentemente y así dejaron al país sin reservas disponibles, utilizando incluso partidas que no tenían ese destino.

Resultado, Argentina, es decir Milei/Caputo, no lograron sumar las necesarias reservas para afrontar futuros compromisos demostrando el absurdo de aquel “Comprá, no te la pierdas campeón”.

Sobre esta muletilla inservible o mal aplicada, Bessent insistió en que la banda cambiaria es adecuada (?).

Otra de las inexplicables conclusiones de Bessent, fue la de asegurar que existe consenso político a favor de Milei, cuando en realidad la disconformidad generalizada opr su modelo es más que evidente, y ha generado diversas reacciones  de absoluto rechazo en cada aparición pública.

Previamente se dio la derrota electoral en Buenos Aires, más la caída de la imagen pública en el último tiempo. Cómo será la disconformidad que desde los grandes medios de información que lo apoyaron, han decidido a través de sus periodistas voceros, expresar abiertamente sus críticas y rechazos a la gestión, los atropellos institucionales, la violencia física y económica contra las personas y la irrespetuosidad ante el Poder Legislativo especialmente.   

En realidad Bessent repite el libreto que usa Milei que es ajeno a la realidad. El pueblo argentino no tuvo reducción de impuestos, no hubo inversión, no se crearon puestos de trabajo, y al contrario, se perdieron miles. El mensaje del funcionario de Trump es un conjunto de expresiones de deseos apoyadas en el ataque al Estado calificándolo de “lastre” y señalando la inflación.

El Estado al igual que en los EEUU debe ser el rector de políticas nacionales y no un convidado de piedra ante los empresarios que sólo buscan negocios, sin atender cuestiones sociales. Y el tema de la mentada inflación quedó evidenciado que deviene de los abusos remarcatorios del mercado manejado por un pequeño grupo empresarial.

Y en todo caso, se debería agregar el efecto negativo de los permanentes endeudamientos de los gobiernos neoliberales que lejos de solucionar las crisis, las han multiplicado hasta llegar como lo demuestra este acuerdo con Trump y el Tesoro de los EEUU; ultimísima alternativa de conseguir financiación a una deuda impagable, que el presidente estadounidense, se encargará de compensar como lo hizo con la situación provocada en Ucrania y presionando a su presidente Zelenski, entregado a los intereses de la OTAN y de los EEUU.

Es una de las riesgosas situaciones a la que se está llevando a la República Argentina sin ningún tipo de consenso, más del grupo endeudador que en un par de años dejará el gobierno y el país desarticulado en sus recursos genuinos. A Donald Trump sólo le importa “consolidar” su poder en un hemisferio occidental al que quiere dominar, como en la actualidad, declarando la guerra arancelaria a las industrias de dicha región.

Expansionista por excelencia tal lo ha demostrado con Canadá, México y Groenlandia, Trump negocia de acuerdo a la debilidad de su demandante de asistencia. Veamos la diferencia ante Lula Da Silva al que descalificó groseramente atropellando la auto determinación del país, y ahora, buscando acortar distancias para negociar con la economía más importante de Suramérica.

Falta el sello de la imposición por ahora velada, que tal vez comencemos a conocer tras la supuesta reunión de Trump con Milei, prevista para el 14 de octubre.

Compartir este artículo: