Tras los anuncios de lo que se consideraría un importante salvataje financiero; sujeto al resultado de las elecciones legislativas de octubre, según lo aclarado por los funcionarios estadounidenses, el de pronto famoso secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anunció que gestionarán la marcha atrás de la quita de retenciones a las exportaciones agroganaderas argentinas, tras dicho acto electoral.
Clara advertencia del criterio dirigista que inspira al gobierno de Trump, anticipando el estilo condicionante que ya aplicaron al presidente Zelenski de Ucrania tras la asistencia económica y armamentista en medio del conflicto bélico con Rusia.
La medida advirtió a los compradores del exterior que quieren aprovechar la baja del costo de diversos granos, que al no tener el recargo de las retenciones reduce el precio de venta y eso, motivó que los grandes productores y exportadores, apuraran ventas y presentaran Declaraciones Juradas de Venta al Exterior por un total de U$S 4.180 millones.
Al anunciar la quita de retenciones a los granos y carnes varias; desde el gobierno estimaron que las ventas podrían alcanzar los U$S 7000 millones por lo que frente a la cifra referida, restarían liquidar poco más de U$S 2800 millones.
Vale recordar que estas operaciones liberadas de dicho recargo, generan a la vez una pérdida de ingresos por unos U$D 1500 millones, cuando el gobierno necesita imperiosamente recaudar divisas estadounidenses para enfrentar enormes deudas con vencimientos cercanos. Tema que Bessent, secretario de dicho Tesoro advirtieron que no deben darse semejante lujo, porque además no comparte ese manejo exportador que beneficia a granes empresarios a costa del esfuerzo de un estado absolutamente condicionado por las deudas impagables.
Este tema fue uno de los anunciados destacándose el interés de comprar deudas de Argentina por parte del gobierno de los EEUU, constituyendo un acto muy peligroso a la hora de la posible reventa y con ello la aparición de los conocidos buitres que atacarían judicialmente de manera apremiante para cobrar sus dividendos, o quedarse con otras riquezas del nuestro país.
La intervención política en el tema exportador apunta también a las operaciones planteadas por el gobierno de China que deja de comprarle el producto a los EEUU evitando pagar los nuevos recargos establecidos por Trump; avanzando en la comercialización en compra de “más de 1 millón de toneladas de soja” a la Argentina.