Mientras que la presidencia de la Nación sigue acumulando rechazos a los vetos presidenciales, cual monarquía que soslaya al poder Legislativo, el ministro Caputo, menosprecia a gran parte del pleno legislativo.
Ante la insistencia opositora para mejorar los ingresos de los jubilados dijo “No nos vamos a mover un ápice de nuestro programa económico”. Reconoce que no hay plan económico y sí un programa o boceto.
Así nos va sin plan económico, sin presupuesto y una administración que cuida intereses del FMI y otros buitres. Vivimos un proceso al revés de lo que la racionalidad indica frente a la deshumanización abusiva del voto popular. Caputo insiste con el absurdo ante el Concejo de las Américas, cual infante, reciando que “Javier ya nos había advertido en febrero último que los kirchneristas se iban a venir con todo contra este modelo, que es el único que representa esperanza y les quita sus privilegios”.
Si el llamado kirchnerismo o peronismo, fuera la única fuerza opositora estaría en la presidencia. Hay otros sectores partidarios y millones de argentinos decepcionados y sufrientes al extremo, que no aceptan los efectos de este programa que atenta contra la vida quitando dignidad. Caputo agrega cual si viviera en otro planeta, que “Si algo quiere la gente es que aceleremos, no que aflojemos y nuestro presidente tiene una convicción y un compromiso con las ideas de la libertad muy llamativa, pero lo que más le admiro es que tiene el carácter para sostener esa convicción una vez que llegó al Sillón de Rivadavia”.
Más que carácter es un abusador del poder que dispone del dinero de las provincias, de los jubilados, de los enfermos, de la obra pública y otras cuestiones muy graves tal denunciara su abogado Spagnuolo.
No tiene convicción sino dinero sucio para comprar voluntades de los que viven sólo para sí cuando están gobernando para sus pueblos.