Desde el Fondo Monetario Internacional opinaron nuevamente sobre el estado de situación económica de Argentina ante el mundo, refiriendo que desde la asunción de Milei a la fecha, “ha mejorado sustancialmente”, aunque no incluye en esta calificación a la situación social por el efecto de las restricciones impuestas, el consumo interno o el mercado laboral, por citar variedad.
No obstante consideran que lo antedicho y ahora se reclama nuevamente, es el bajo nivel de reservas netas que estiman en apenas alrededor del 23 % de lo que desde el Fondo consideran adecuadas; explicando que “La posición externa en 2024 fue más débil que el nivel implícito en los fundamentos de mediano plazo y las políticas deseables”.
Cuando escribieron estos conceptos todavía no se había producido la suba de las cotizaciones oficial o paralelo de la divisa estadounidense; y así decían que “la reciente transición a un régimen monetario y cambiario más robusto (pasar de una paridad móvil a un tipo de cambio flexible dentro de bandas relativamente amplias) permite un tipo de cambio más determinado por el mercado, aunque siguen siendo necesarias políticas macroeconómicas estrictas para lograr una balanza comercial sólida y una acumulación de reservas”.
Luego, tanto el dólar oficial como el ilegal o blue, llegaban y superaban los $ 1300, obligando al gobierno en estos días, a intervenir con la renovada zanahoria de tasas de interés más atractivas. Otro ejemplo de un círculo vicioso que se repite periódicamente sin salida hasta ahora.
Además como es habitual para el diálogo corriente este tipo de organizaciones como el Fondo, expresan términos con los que la definición queda en parte a criterio de quién y cómo lo interprete. Véase este párrafo que consigna “La situación de las reservas se ha estabilizado desde la implementación del nuevo programa y el establecimiento de nuevas bandas cambiarias a mediados de abril”. Pero tras este tramo advierte que “la cobertura de las reservas sigue siendo inadecuada”. Confuso o contradictorio posiblemente.
Otro aspecto llamativo surge de estas consideraciones negativas respecto de las reservas, porque consideran que con el giro de U$S 12.000 millones mejoró el panorama pero no consideran que la supuesta mejora en las reservas, se debió a otro endeudamiento y no a la recaudación genuina de un proceso productivo y comercial con exportaciones que ingresan las insuficientes divisas del Tesoro Nacional.
Pareciera que desde el FMI intentan disimular o menospreciar la gravedad del endeudamiento existente, la incapacidad de pago del país y el agravante proceso que atenta contra la industria nacional, volviendo al modelo importador. El que de hecho, no genera valor agregado para la Argentina. Tal vez sea la estrategia encubierta que disimulan las partes, para avanzar con otro negociado impropio de los administradores de un Estado que debe recuperar su soberanía económica, pero que va en sentido contrario.