Periodismo de Opinión
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Reiterar que estamos en un círculo vicioso en materia económica nos señala como repetitivos pero la realidad en ese sentido no tiene componentes para cambiar de opinión. Los ajustes en materia social y económica sumados a los endeudamientos y los incumplimientos de pagos, permite a los dibujantes presentar lo que desde el Poder Ejecutivo consideran equilibrio, imposible, en las cuentas de un Estado improductivo y muy baja capacidad de consumo interno. El superávit fiscal también reiterado por Milei/Caputo es sólo un término auspicioso publicitario, ya que no es real tampoco. El ajuste es doloroso para quienes menos tienen, sobre todo para los que están en la base económica liberados a su suerte a partir del “arréglense como puedan” del presidente que dijo “algo harán, no se van a morir de hambre”. Los desocupados, jubilados y pensionados e incluso el común denominador de quienes tienen trabajo, no piensan ni dicen lo mismo. Los costos excesivos con los que abusa el gobierno nacional disponiendo el libertinaje empresario en materia de tarifas de servicios domiciliarios, constituyeron el “golpe de furca” al bolsillo popular. Y respecto al mencionado dibujo de las cuentas públicas, podemos decir que la situación es la de un default. Hay que citar o reiterar que el gobierno nacional tiene deudas acumuladas sin cancelar para reducir erogaciones, no contabilizan los pagos obligados por los nada inocentes servicios de deuda financiera que debemos llamar intereses para que todos sepamos de qué se tratan. Los ajustes en rubros destinados a la cuestión social causaron mucho daño y ese estado de situación es imposible mantener en el tiempo sin que estalle el conflicto. Las grandes deudas con empresas monopólicas del servicio energético están maquilladas con bonos a vencer dentro de 14 años por ello, a los empresarios se les liberó la remarcación de tarifas para tener mayores ingresos mientras llegan a cobrar, supuestamente, una deuda que estaría rondando casi el 1 billón. Con este sólo rubro el publicitado superávit fiscal está pulverizado. Otro de los acreedores internos son los representados o enrolados en la Cámara de la Construcción que estiman una acreencia de alrededor de $ 470.000 millones. Otro de los rubros que desnudan cualquier pretendido equilibrio son los papeles (Lecaps) emitidos por el gobierno nacional en lugar de afrontar deudas siguen generando más deuda con los intereses propios de estos préstamos forzados. Foto que tampoco permite hablar del referido superávit fiscal ya que esconde otros compromisos que estallarán la economía al momento de vencimiento por pagarlos o enfrentar demandas judiciales gravísimas. Otra imagen del default. Y para intentar compensar estas y otras trampas económicas y financieras, se aplica el tremendo ajuste en materia social quitando asistencia o reduciendo drásticamente lo que consideran gasto. Un proceso de destrucción interna que agrega el desfinanciamiento de áreas educativas, científicas e incluso productivas, que redujo de manera imprudente las respectivas producciones debilitando a la Nación y reduciendo más aún la capacidad de competencia en el mercado internacional, que buscan reemplazar con las importaciones y así, rematar miles de empresas argentinas. Menos consumo, menos producción, menos trabajo y el estallido del equilibrio de amplio espectro a la vuelta de la esquina. Frente a esta escena que induce a pensar en un desastre tenemos la formación geológica Vaca Muerta que en realidad debería constituir otra alternativa sumada a los diversos rubros de generación de riqueza, y así, disponer de mayores recursos para reinversión productiva y el desarrollo postergado del que tanto hablan los que lo han sepultado más profundamente. La generación de hidrocarburos mediante el modelo no convencional es claramente extraordinaria en su proyección y beneficiosa hoy, para las arcas del Neuquén, las empresas y para los acreedores de Argentina pero para el Estado Nacional, al menos por ahora, no le deja más que para intentar pagar la deuda (de intereses) insana y capital impagable, asumida por la euforia neoliberal de recaudar dinero prestado, para las arcas privadas, tras el endeudamiento gestado por Macri y Lagarde para bien del FMI y los amigos locales más cercanos. Si no fuera así o parecido, porqué desesperan Milei y Caputo por conseguir más capital de crédito que no iría a la producción y al desarrollo, sino para sostener la bicicleta financiera macro, mientras los timberos siguen ganando con el pase de mano de divisas y manejos financieros especulativos. 031124 |