Periodismo de Opinión
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Pasaron 9 meses de la gestión Milei y otro de los recursos del Estado que funcionaría de manera independiente de la conducción política del gobierno nacional, es el INDEC, que siguió con el servicio adecuado a los intereses estadísticos sicológicos, que alimentan la confianza en algunos de los que votaron al presidente. Siempre se producen justificativos políticos para que se disimular u ocultar situaciones muy adversas como las actuales en Argentina. Supuestamente habría habido una condición del titular de dicho instituto, Marco Lavagna, en cuanto a que la entidad funcionaría de manera liberal frente a las decisiones o planes políticos del gobierno nacional. No fue así, y más aún, tal como comentamos en otra nota desde OP, sobre la desconfianza generada en el seno de la sociedad argentina por los informes del IPC que ya nadie cree, Lavagna debió reconocer lo incrédulo de los datos mensuales, prometiendo que modificarán los componentes, se supone, para elaborar índices creíbles en base a lo que realmente sucede con la inflación real en el consumo masivo que ha mermado el bolsillo popular agobiando a la sociedad con tarifas de servicios que se tornan impagables, y muy beneficiosas para los empresarios intermediarios entre la producción y el consumo. Sectores estos devenidos de la administración neo liberal de Carlos Menem, abriendo las puertas del Estado a los supuestos inversores y capitales golondrinas; para un mercado cautivo sin alternativas para los consumidores de gas, electricidad y otros consumos productos. Modelito que hoy respalda e impulsa el presidente Milei. Lavagna consideró que modificarán los componentes que datan nada menos que de 2004, con los que se estiman los costos de bienes, con alcance a una nueva o Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares, atendiendo la realidad de precios y costo real de vida. Un proceso claramente orientado a exhibir valores de dichos costos, menores a los que el mercado impuso tras la liberación irracional otorgada por el gobierno para que los empresarios multipliquen ganancias. Aclaró que habrá cambios en los registros pero no demasiados y con ello, anticipa que habrá maquillaje y no renovación de cuestiones técnicas. No se incluyó como no se lo hace con la realidad, el estado de situación del común denominador desprovisto del poder adquisitivo para enfrenta los procesos especulativos. Además hay que tener en cuenta que lejos de la autonomía, el INDEC depende del Ministerio de Economía que encabeza Luis Caputo y con ello, el agregado de la influencia política que según decía, Lavagna pidió para seguir en el cargo tras el cambio de gobierno. Siguió en el cargo sin renunciar y claramente de acuerdo o al menos beneficiado económicamente, para llegar a esta situación, en la que lo envían a explicar lo que se hará con los números, en lugar de que el ministro modifique el rumbo y la finalidad del manejo de la economía que no está al servicio de la sociedad. El sólo hecho de que aleguen que hay que fortalecer instituciones y la credibilidad del INDEC, en realidad significa que hay que fabricar credibilidad en un gobierno y un presidente que está llevando al país a un barranco muy parecido al que generaron en tiempos complejísimos s riesgo de la disgregación social aplicando estas políticas recesivas y destructivas de la industria nacional, las fuentes laborales y la propia soberanía de nuestro país. 09 09 24 |