Lo concreto fue que tras la euforia por el triunfo derechista en primera vuelta de elecciones legislativas de Francia,  a la semana las urnas mostraron que el festejo lo debían hacer los sectores no derechistas por el triunfo de la izquierda francesa concentrada en el Nuevo Frente Popular. Pero lo llamativo que dio por tierra con las versiones de algunos medios de difusión que destacaban el futuro triunfo de la derecha para multiplicarse en Europa, fueron los festejos de la mayoría de los presidentes de la UE, que confesaron su temor por la llegada de la derecha a Francia, país importante en dicho contexto, que podría engendrar similares en el continente. 

La Democracia festejó que la derecha no ganara las elecciones y con ello, los minoritarios grupos de ese sector deberán seguir espirando y de paso, como manifestaron  diversas autoridades, mantener un clima tendiente a la paz, si es que desde los EEUU no insisten en promover el belicismo tan sólo por sus intereses expansionistas en un territorio en el que ya causó mucho daño. 

Lo bueno de haber derrotado al nazismo en conjunto con la otrora Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas más el apoyo de los maquis en Italia, Francia o España, lo degradaron con las posteriores invasiones armadas a países ricos en recursos naturales para de paso; extender sus instalaciones estratégicas en un continente en el que sin duda, insisten en reflotar al menos, la guerra fría y si se da, el ataque armado también tal el caso de una frontera misilística. Ahora habrá que ver cómo se acuerdan intereses políticos para formar gobierno y de hecho, volver a evitar que la extrema derecha llegue al poder por donde no debería por perder las elecciones. 080724